martes, 14 de diciembre de 2010

amarmar



Te acercas a mi, envuelta en misterios de mar
con la voluptuosa sombra de la noche
que no te deja de rondar.
Tibia y dulce insolencia, tus labios me recorren,
me buscan para volverse a alejar.
Y te sigo te descubro al navegar
en las aguas que me arrullan; en tu pecho
donde mi boca se entrega al sueño
al delicado y fresco sabor a luna
que no te deja de rondar...

Y yo te temo. Temo tu pasión y tu abandono.
Temo tus recuerdos y tu sal.
Temo amar las golondrinas de tus manos;
que me salen a buscar...

Y yo te celo, celo todo lo que tus ojos puedan mirar.
Celo esa mancha de plata
que sobre el vientre intacto, te pinta,
sin dejarte de rondar...

“Me envuelve tu mirada
y yo me dejo, en tu mirar;
me abres de par en par el pecho,
y no me puedo negar.”

Como la fronda oscura de tus cabellos,
azabache y pródigo de tierra abierta;
tu Misterio lejano, de flor mujer ensueño,
me abraza y me consuela.
Me susurra al oído tu niña del mar,
que descalza y trémula, mi tesoro mi pequeña;
no me deja de rondar...



Fernando Álvarez 1996